
Está prevista para el próximo miércoles 10 de septiembre de 2025 una movilización nacional en Francia marcada como jornada de huelga y bloqueos en diversos sectores y ciudades del país.
La movilización, al igual que el movimiento de los Chalecos Amarillos de 2018, ha nacido como una iniciativa gestada e inicialmente difundida a través de las redes sociales y consolidada por el movimiento “bloquons tout” (“Bloquearlo todo”), convocado por colectivos de base llamados les Essentiels. Es decir, a diferencia de los movimientos sindicales tradicionales, éste no está siendo organizado por los sindicatos, y en principio no se ha publicado ningún preaviso de huelga específico para ese día. Sin embargo, varias organizaciones se han sumado a la convocatoria.
La protesta se dirige contra los 44.000 millones de euros de ahorro previstos en el presupuesto de Bayrou, entre ellos la supresión de dos días festivos, un recorte de 5.000 millones de euros en sanidad y la congelación de las prestaciones sociales, durísimas medidas de austeridad y recortes sociales que, en caso de salir adelante, se sumarían a los enormes retrocesos sociales causados por la reforma laboral aprobada por un Gobierno socialista en 2016 y la reciente reforma de las pensiones impuesta por decreto del presidente Macron en 2023.
La CGT Cheminots, el mayor sindicato de la SNCF, ha hecho un llamamiento a la "participación masiva" en la huelga del 10 de septiembre. SUD-Rail ha sido el primer sindicato importante de la SNCF en sumarse a la huelga. Por el momento, ni la RATP ni la SNCF han hecho públicas oficialmente las previsiones de tráfico para el 10 de septiembre, pero circulan llamamientos al paro y al bloqueo de transportes, escuelas y plataformas logísticas.
Ante este panorama caótico, siendo el objetivo del 10-S paralizar Francia, al menos, un día, desde ATRAM, advertimos a las empresas de transporte para que estén preparadas y eviten la circulación de sus vehículos ese día por el país ya que se esperan intentos de bloquear los sitios estratégicos y las infraestructuras esenciales.
La movilización, al igual que el movimiento de los Chalecos Amarillos de 2018, ha nacido como una iniciativa gestada e inicialmente difundida a través de las redes sociales y consolidada por el movimiento “bloquons tout” (“Bloquearlo todo”), convocado por colectivos de base llamados les Essentiels. Es decir, a diferencia de los movimientos sindicales tradicionales, éste no está siendo organizado por los sindicatos, y en principio no se ha publicado ningún preaviso de huelga específico para ese día. Sin embargo, varias organizaciones se han sumado a la convocatoria.
La protesta se dirige contra los 44.000 millones de euros de ahorro previstos en el presupuesto de Bayrou, entre ellos la supresión de dos días festivos, un recorte de 5.000 millones de euros en sanidad y la congelación de las prestaciones sociales, durísimas medidas de austeridad y recortes sociales que, en caso de salir adelante, se sumarían a los enormes retrocesos sociales causados por la reforma laboral aprobada por un Gobierno socialista en 2016 y la reciente reforma de las pensiones impuesta por decreto del presidente Macron en 2023.
La CGT Cheminots, el mayor sindicato de la SNCF, ha hecho un llamamiento a la "participación masiva" en la huelga del 10 de septiembre. SUD-Rail ha sido el primer sindicato importante de la SNCF en sumarse a la huelga. Por el momento, ni la RATP ni la SNCF han hecho públicas oficialmente las previsiones de tráfico para el 10 de septiembre, pero circulan llamamientos al paro y al bloqueo de transportes, escuelas y plataformas logísticas.
Ante este panorama caótico, siendo el objetivo del 10-S paralizar Francia, al menos, un día, desde ATRAM, advertimos a las empresas de transporte para que estén preparadas y eviten la circulación de sus vehículos ese día por el país ya que se esperan intentos de bloquear los sitios estratégicos y las infraestructuras esenciales.